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¿En qué Creemos?
Como iglesia, creemos firmemente que la Palabra de Dios es nuestro pilar fundamental; en ella encontramos la verdad, dirección y propósito para nuestras vidas. Valoramos profundamente la sana doctrina, porque nos guarda del error y nos mantiene firmes en el Evangelio de Jesucristo, enseñándonos a vivir de manera íntegra y centrada en Él. Además, entendemos la importancia de establecer lineamientos claros que guíen a nuestra congregación en unidad, orden y crecimiento espiritual, buscando siempre honrar a Dios en todo lo que hacemos como cuerpo de Cristo.
Declaración de Fe
1. La Biblia
Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, inspirada por el Espíritu Santo y totalmente confiable. No contiene error en todo lo que enseña y es suficiente para guiarnos en la fe, la obediencia y la esperanza. A través de ella, Dios se revela y nos muestra el camino de salvación en Cristo. La Biblia debe leerse, estudiarse y obedecerse, siempre buscando entenderla a la luz de Jesús.
Textos bíblicos:
2 Timoteo 3:16–17 – “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
2 Pedro 1:20–21 – “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”
Salmo 19:7–9 – “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos.”
2. Dios Uno y Trino
Creemos en un solo Dios verdadero que existe eternamente en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Cada Persona es plenamente Dios y participa de la misma esencia divina, pero se distinguen en sus relaciones y en la obra que realizan. Esta comunión perfecta es el modelo de amor y unidad para su Iglesia.
Textos bíblicos:
Deuteronomio 6:4 – “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.”
Mateo 28:19 – “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.”
2 Corintios 13:14 – “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.”
3. Dios Padre
Creemos que Dios Padre es perfecto en santidad, sabiduría, justicia y amor. Él es Creador de todo lo que existe, sostiene su creación y dirige la historia según su voluntad. Es Padre eterno del Hijo y Padre de todos los que, por la fe en Jesucristo, llegan a ser adoptados como sus hijos. Se interesa en cada persona, escucha la oración y salva en Cristo a quienes confían en Él.
Textos bíblicos:
Jeremías 31:3 – “Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.”
Juan 4:24 – “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”
Romanos 11:33–36 – “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.”
4. Dios Hijo – Jesucristo
Creemos que Jesucristo es el Hijo eterno de Dios, verdadero Dios y verdadero hombre. Nació de la virgen María por obra del Espíritu Santo, vivió sin pecado, enseñó con autoridad, realizó milagros, y murió en la cruz como sacrificio perfecto por nuestros pecados. Resucitó al tercer día con poder, subió al cielo y se sienta a la diestra del Padre, intercediendo por nosotros. Creemos que volverá en gloria para juzgar y establecer plenamente su Reino.
Textos bíblicos:
Juan 1:1–14 – “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho… Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”
Romanos 3:23–26 – “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús…”
1 Corintios 15:3–4 – “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.”
Hebreos 4:15 – “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
Hechos 1:9–11 – “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos… Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”
5. Dios Espíritu Santo
Creemos que el Espíritu Santo es Dios, la tercera Persona de la Trinidad. Él convence de pecado, da nueva vida, mora en los creyentes desde el momento de la fe y los sella como propiedad de Dios. Nos transforma a la imagen de Cristo, reparte dones para la edificación de la Iglesia y guía a los hijos de Dios en la verdad. Nos capacita para vivir en santidad y en misión. El fruto del Espíritu es la evidencia de una vida rendida a su obra.
Textos bíblicos:
Juan 14:16–17 – “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”
Hechos 1:8 – “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
Romanos 8:9–11 – “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros…”
Gálatas 5:22–23 – “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
Efesios 5:18 – “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.”
6. La Salvación
Creemos que todos los seres humanos han pecado y están separados de Dios. La salvación es un regalo de gracia que se recibe solo por medio de la fe en Jesucristo. No se gana con obras humanas, pero la fe genuina produce frutos de obediencia y buenas obras. Somos justificados, adoptados como hijos de Dios, transformados por el Espíritu Santo y guardados por su poder hasta la vida eterna. La salvación tiene un inicio (nuevo nacimiento), un proceso (santificación) y una meta gloriosa (vida eterna con Dios).
Textos bíblicos:
Juan 3:16 – “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Romanos 3:23–24 – “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.”
Efesios 2:8–10 – “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Tito 3:5 – “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.”
1 Pedro 1:3–5 – “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros.”
7. La Resurrección y el Juicio Eterno
Creemos que Jesús resucitó de entre los muertos como primicia de la resurrección que tendrán todos los creyentes. Al final de los tiempos, los muertos resucitarán: unos para vida eterna con Dios y otros para condenación eterna lejos de Él. Jesús volverá con gloria para juzgar con justicia y establecer cielos nuevos y tierra nueva, donde habitará la justicia y su pueblo vivirá con Él para siempre.
Textos bíblicos:
Juan 5:28–29 – “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.”
1 Corintios 15:20–23 – “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.”
2 Tesalonicenses 1:7–9 – “Cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.”
Apocalipsis 21:1–4 – “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.”
8. La Unidad de la Iglesia
Creemos que todos los que han creído en Jesucristo forman un solo cuerpo espiritual, la Iglesia, de la cual Cristo es la Cabeza. El Espíritu Santo une a los creyentes más allá de toda cultura, raza y nación. Estamos llamados a vivir en comunión, amor y servicio mutuo, participando en la adoración, el discipulado, la cena del Señor y la misión de anunciar el evangelio al mundo.
Textos bíblicos:
Hechos 2:42–47 – “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
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